Esta es la despedida hasta la vuelta de vacaciones :D
Que lo disfruteis y gracias por leer ^_______^
El día siguiente no empezó mucho mejor…el cerrajero nos robo 200 libras por pasar una lamina de acetato por la cerradura y abrir la puerta, pero claro, a eso súmale el desplazamiento, en total 300 libras que Danny soltó sobre la mano del hombre con una gran sonrisa y un “Adiós y gracias”, antes de volverse hacia mí y amenazarme con arrancarme la cabeza y ponerla a formar parte del mobiliario del salón si no le daba la mitad del dinero de la factura, ya que la gracia de no coger las llaves había sido mía.
Total, que después de tener que hipotecarnos conseguimos entrar. Lo siguiente que encontramos fueros una gran moñiga de perro nada más entrar, Harry la recogió con gran emoción y muchas ganas de vomitar. Pero lo mejor aun estaba por pasar, esa tarde teníamos terapia otra vez. Emocionante ¿verdad?
Aquella tarde Danny y yo habíamos cruzado más que palabras, si, nos pegamos, bueno más bien le pegué, terminó con mi paciencia cuando de su boca salieron las palabras: triste fanática sin vida propia.
Tom entró al oír los gritos y también recibió alguna que otra patada y puñetazo. La cosa finalizo con 30 hielos repartidos entre los tres. Y la expulsión de la terapia sin devolución del dinero por supuesto. Según la doctora, nuestro problema necesitaba un psiquiatra y una hospitalización en un manicomio. También ella recibió piropos como “Vieja sin vida”, “bruja matasanos” y alguna que otra delicadeza más de la boca de Danny
-Me tenéis contento –nos regaño Tom cuando nos montamos en el coche de vuelta a Londres
Como venganza o simplemente como rubio, Tom tuvo la grandiosa idea de sacarnos de fiesta aquella noche con la palabra “Obligación” añadida.
Asique aquí estamos, en un local del centro de Londres, que por lo visto los chicos conocen a la perfección, yo nunca he estado aquí, y tampoco me apetecía estar ahora.
-¿No vas a beber nada?- me pregunto Harry por enésima vez
-No, estoy llena de odio gracias –dije mirando con una sonrisa sarcástica a Danny, que al contrario que yo bebía cerveza como un descosido.
-Oh vamos Ant…diviértete
-Ya lo hago, mira…Yuhu!- dije haciendo un movimiento estúpido
- ¬¬’
-Ostras Harry mira que tía –dijo cuando una chica rubia paso por delante de nosotros- ¿Has visto que piernas?
Harry buscó entre la multitud en busca de la rubia
-Uoo que piernas, uoooo llegaban hasta el suelo uooooooo- dije haciendo aspavientos
Ambos dos se me quedaron mirando con una cara tan rara que daban ganas de partírsela. Harry hacia uso de su porno-ceja como hacia normalmente y Danny había aumentado su cara de subnormal momentáneamente.
-Vaya mierda de noche…-Dije separándome de los dos y yéndome al baño.
Necesitaba tranquilidad, por lo menos durante unos minutos.
La sangre hervía en mis venas, estaba cabreada y frustrada por la situación. La desesperación se reflejaba en mis ojos frente al espejo. Necesitaba volver a mi cuerpo, a mi vida…no era un capricho, era una necesidad, necesaria para no acabar loca de remate.
Las cosas se había terciado muy negras…Danny no era lo que una fan podía esperar, mucha veces era lo opuesto a lo que una veía en todos esos videos…en una sola palabra: Decepción.
Eso era lo que sentía en lo más profundo de mí ser, una gran decepción, causada principalmente porque cuando no conoces a una persona te creas tu propia visión de ella, y a la hora de la verdad casi nunca esa visión coincide con la de tu imaginación.
¿De verdad Danny valoraba tan poco a una fan? Si es cierto que cada día recibiría cientos de cartas diciéndole las mismas chorradas…”Danny te quiero” “Danny cásate conmigo”, pero eso eran pellizquitos de chicas que te quieren y te admiran, que emplean su tiempo en apoyarte y expresarte tus sentimientos, gracias a ellas eres quien eres y estas donde estas…
Me eche un poco de agua en la cara y salí del maloliente habitáculo llamado baño.
Lo que vi a continuación hizo que flipase y a la vez la sangre de mis venas volviese a hervir repentinamente. Yo estaba apoyada en la barra, más bien Anthony Brant estaba apoyado en la barra conversando alegremente con Alex y Dylan, al lado estaban los demás. En un subidón de adrenalina me lancé de cabeza a por su cuello, volé por el local y en menos de medio segundo me planté delante de sus narices, agarré su/mi brazo y le arrastré hacia fuera.
Le solté bruscamente frente a mí un poco alejados de la puerta del local.
-¿De qué coño vas? ¿Porque lo hiciste?- grité echa una furia
-Cálmate ¿Vale?
-¿Qué me calme? ¿QUE ME CALME? –Grité fuera de mis cabales -Te partiría la cara si no pareciese lo que puede llegar a parecer…-murmure amenazante
-Ari…-dijo otra voz
Ambos giramos la cara para encontrarnos con Dylan
-Oh genial, lo que me faltaba- resoplé- Dylan lárgate haz el favor
Si la situación ya era de por si extraña, la cara de Dylan cuando dije su nombre fue todavía más rara.
-Pero…
-Dylan que te largues, esto es una cosa privada, lárgate- dije haciendo aspavientos con las manos.
Miró a Ant y tras un asentimiento con la cabeza de este y una última mirada a mi persona, volvió a meterse dentro del pub.
-Ari escucha, necesitabas ayuda con el tema…-volvió a reanudar la conversación
-No, escucha tu- le corté- eso era privado, no quería que lo viese
-¿no querías?
- Se ha reído de mí
-¿Danny?
-Si Danny, Danny Jones se ha reído en mi cara y me ha llamado “Fanática sin vida propia”
Ant se quedó en silencio
-Y por si no fuera poco a Tom se le ha ocurrido la grandiosa idea de llevarnos al loquero para una terapia de pareja por discutir con Danny
-¿Qué?
-Me has amargado la vida, y para colmo sigo metida en esta mierda de cuerpo, con esta mierda de vida, quiero mi vida de una santa vez.
-Disculpe señor…puede irse a gritar un poco más lejos, está molestando a los clientes
Aquello ya si que fue la gota que colmo el vaso, un puerta de dos metros me echó de la acera porque molestaba con mis gritos a cuatro pijas rubias que había fumando en la puerta. Otro chute de adrenalina recorrió mis venas haciendo que resoplase como un toro y comenzase a alejarme hacia la otra acera.
-¡¡¡ARI CUIDADO!!!- oí a mi espalda antes de que una fuente de luz blanca me cegase…
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